lunes, 12 de octubre de 2009

Los Efectos de los Anticonceptivos


DIFERENTES RIESGOS QUE CAUSAN LOS ANTICONCEPTIVOS

(JAMA significa: Journal of American Medical Association)

La polémica sobre la seguridad de los anticonceptivos orales arranca desde que se inició su consumo, allá por el año 1960.

Desde entonces abundantes datos de literatura médica han mantenido vivo el problema de si los anticonceptivos orales favorecen o no la presentación de fenómenos trombóticos en diversos órganos; pero esto cada vez parece estar más claro. En un reciente artículo (JAMA 284; 72,2000) se valoran los estudios sobre esta materia publicados en la literatura médica anglosajona entre 1960 y 1999, utilizando diversas bases de datos informatizados.

Se utilizaron 804 estudios. En este amplio trabajo se concluye que la píldora, incluso con dosis bajas de estrógenos incrementa el riesgo de accidentes trombóticos cerebrales. Este incremento es de alrededor de 2.7 veces. Cuando las usuarias de los anticonceptivos son fumadoras el riesgo se incrementa todavía más.
De los datos analizados se concluye que un total de 425 accidentes cerebrales por año podrían ser atribuidos al uso de los anticonceptivos orales en Estados Unidos, a lo que habría que añadir un accidente vascular cerebral por año por cada 15.000 mujeres fumadoras que tomaran anticonceptivos orales.

Si se tiene en cuenta que en aquel país alrededor de 10.000.000 de mujeres toman anticonceptivos orales, y que en el mundo esta cifra puede llegar a los 78,5 millones, se puede deducir lo que significa el riesgo de accidentes cerebrales vasculares como consecuencia de la ingestión de la píldora.

RIESGO DE TROMBOEMBOLISMO VENOSO EN MUJERES TOMANDO ANTICONCEPTIVOS DE TERCERA GENERACIÓN. (BMJ significa British Medical Journal) (Vid. También Oral Contraceptives and the Risk of Venous Thrombosis, N Engl J Med, 344, 1527, 2001; -New England Journal of Medicine-USA; 17-05-01-).

En 1995 tres importantes estudios médicos alertaron sobre la posibilidad de que los anticonceptivos de tercera generación (aquellos que contienen como progestágeno el desogestrel o el gestodene, junto con 30 microgramos o menos de estrógenos) pudieran incrementar el riesgo de tromboembolismo venoso que tienen los anticonceptivos de segunda generación (los que con la misma dosis de estrógeno utilizan levonorgestrel como progestágeno).

Esta controversia se ha mantenido hasta recientemente, en que diversos estudios parecen aclarar el problema. Uno de ellos ha sido recientemente publicado en el BMJ (321; 1190,2000) en el que se analizan los datos recogidos de una base de datos de medicina general muy amplia que abarca desde enero de 1993 a diciembre de 1999. En el se demuestra que los anticonceptivos de tercera generación tienen aproximadamente dos veces más riesgo de producir tromboembolismo venoso que los de segunda generación. Este riesgo aún es mayor entre las mujeres más jóvenes. Este estudio es acorde con otros anteriores en los que se comparaban ambos tipos de anticonceptivos y en los que también se había encontrado que el riesgo de tromboembolismo derivado de la ingesta de anticonceptivos de tercera generación es prácticamente el doble que el que se observa con los de segunda generación.


RIESGO DE CANCER DE PECHO EN MUJERES TOMANDO ANTICONCEPTIVOS ORALES

En trabajos previos ha sido observada una débil asociación entre la utilización entre los anticonceptivos orales y el cáncer de pecho, que incluso se prolonga hasta 10 años después de que las mujeres han dejado de utilizar los anticonceptivos.
Parece que este riesgo podía ser mayor en aquellas mujeres que tuvieran una predisposición familiar al cáncer de pecho, cosa que cada día está mejor estudiada sobre bases de genética molecular. En un reciente estudio (JAMA 284; 1791,2000), se realiza una amplia valoración sobre este tema. Para llevarlo a cabo se analizaron 426 familias en las que las mujeres que utilizaban anticonceptivos orales tenían familiares de primer grado con cáncer de pecho. Del estudio se deduce la existencia de un mayor riesgo de cáncer de pecho entre las usuarias de anticonceptivos orales cuando en sus familias existían familiares de primer grado con historia previa de cáncer de pecho.
Este incremento de riesgo era alrededor de 3,3 veces. Estos resultados claramente indican que las mujeres que han utilizado con anterioridad o utilizan aún anticonceptivos orales tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de pecho que las que no los utilizan.

EFECTO ABORTIVO DE CIERTOS ANTICONCEPTIVOS

Descripción de la forma en que trabajan los diferentes métodos anticonceptivos más comunes, con la demostración científica de sus efectos abortivos.

1. Las píldoras anticonceptivas:

Los anticonceptivos orales o píldoras actúan impidiendo la ovulación o cambiando el moco cervical de modo tal que éste impide el paso de los espermatozoides, teniendo en ambos casos un efecto anticonceptivo. Pero además producen cambios en el endometrio uterino que impiden que el óvulo ya fecundado (o sea de una vida recién comenzada) se anide, siendo este efecto abortivo.
La concepción o fecundación se produce en el instante mismo en que el espermatozoide penetra el óvulo, a partir del cual no cabe duda alguna de que existe una nueva vida humana.
FUENTES: Javier Marco Bach, "Métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana," Cuadernos de Bioética): 37; Paternidad Planificada. Solicitud de Financiamiento al Gobierno de los EE.UU., Albert D. Lorencz M.D.: ¿Cómo funciona la píldora?.

2. Los dispositivos intrauterinos (DIUs):

Los DIUs, tales como el ASA, la T de cobre y el Anillo, son artefactos de diferentes materiales que se introducen en el útero para evitar la procreación. Actúan química y mecánicamente, impidiendo a veces la anidación del óvulo ya fecundado en el útero, lo cual es un efecto abortivo.

Este efecto es producido de varias maneras. Los DIUs aceleran el transporte del óvulo fecundado a través de la trompa, por lo que al llegar al útero éste no está capacitado para recibirlo y lo aborta. También producen destrucción por lisis del blastocisto (el ser humano en sus primeras etapas de desarrollo); desplazan mecánicamente del endometrio (la capa que recubre internamente al útero) al blastocisto ya implantado en él; impiden la implantación debido a la respuesta inflamatoria al cuerpo extraño que se produce en el endometrio; y alteran el proceso de maduración y proliferación del endometrio afectando la implantación.

FUENTES: Hatcher R. Atrussell, J. Stewart T. y col., Tecnología anticonceptiva,
Edición Internacional, p. 359-369; Javier Marco Bach, "Métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana," Cuadernos de bioética: 37; Carol Lynn, "Anticonceptivos después del coito sin protección," Network en español: 7 EE.UU.


Los dispositivos intrauterinos

Por el Dr. Lloyd J. Duplantis

El DIU es un pequeño lazo de metal o de plástico que se inserta en el útero de la mujer. El mecanismo de acción es generalmente presentado como "desconocido". Esta es una concepción amplia y engañosa que es comúnmente utilizada para esconder su probable efecto abortivo.
El indicador clave de que el modo primario de acción del DIU es su efecto abortivo, el cual evita la implantación del óvulo fertilizado, es la tasa de embarazo. El hecho de que el embarazo ocurre con una tasa esperada de 8 (espiral de cobre) a 20 (impregnado con progesterona) veces más alta que con las píldoras contraceptivas orales combinadas, indica que la ovulación y la fecundación están ocurriendo frecuentemente.
El índice típico de embarazo con DIU es del 16% (16 de cada 100 mujeres que usan este método durante un año quedarán embarazadas). El índice de embarazo ectópico es 10 veces mayor que en la población normal.
En orden de distanciar, confundir o encubrir aún más la realidad del modo de acción de estos productos, se declara que el cobre mezclado o incluido en estos productos es 100% efectivo en evitar la concepción, punto crucial para mantener la creencia de que la concepción nunca tiene lugar. Como puede verse fácilmente, dado que las verdaderas tasas de embarazo son más altas de lo que se esperaba, esta es una propuesta ridícula. Una explicación mucho más probable es que el cobre interfiere realmente con algún proceso enzimático y/o la implantación de embriones de 5 a 14 días de edad gestacional.

Otro claro indicador de que el mecanismo de acción que se alega impide la concepción no es primario o siquiera realista, es el hecho de que el DIU sin contenido de cobre u hormona puede prevenir el embarazo por sí mismo. Otra área a prestar atención para demostrar el efecto abortivo del DIU es el hecho de que es usado como contraceptivo de emergencia o contracepción post coital, al ser insertado varios días después de la relación. La concepción podría ya haber ocurrido y la forma más probable de acción sería la irritación del endometrio a fin de prevenir la implantación.4
Se dice asimismo que, dado que la HCG (gonadotrofina coriónica humana) no se eleva en la mujer que utiliza el DIU, el embarazo no ocurre. La HCG sólo comienza a mostrar aumentos sustanciales en el suero de la mujer tres días después de ocurrida la implantación. Por lo tanto, si un DIU afecta la implantación, no habría elevación de HCG salvo que el humano recién concebido supere los efectos del DIU sobre el endometrio y aún así, sobreviva.

En los humanos, el ión cobre liberado desde un DIU de cobre, aumenta la reacción inflamatoria y alcanza concentraciones en los fluidos luminales del tracto genital, que son tóxicos para los espermatozoides y los embriones. En mujeres usuarias del DIU, todo el tracto genital se muestra afectado, al menos parcialmente, por la transmisión luminal de los fluidos acumulados en el ambiente uterino. Esto afecta la función o viabilidad de las gametas, disminuyen la tasa de fertilización y mengua las chances de supervivencia de algún embrión que pueda haberse formado, aún antes de alcanzar el útero.
El efecto del DIU a nivel uterino es su acción de destrucción del blastocisto previo a su implantación. Además, si la implantación ocurre, puede uno esperar una mayor incidencia de abortos espontáneos en estos embarazos.
Es importante que la mujer tenga esta información y que pueda tomar una decisión moral y ética apropiada. Muy a menudo ella recibe de su médico la información de que el mecanismo de acción del DIU es desconocido. Para el médico, ya no es adecuado decirles a sus pacientes lo mismo.

En 1960, el mecanismo no era claro, pero con el avance del conocimiento esta acción ha sido más claramente elucidada. Los médicos tienen la responsabilidad ética de informar a sus pacientes sobre la acción abortiva del DIU.

Nota: Este artículo fue presentado ante el Congreso de la República de Brasil para impedir el uso del DIU.

El Dr. Lloyd J. Duplantis es, entre otras cosas, el Presidente de la Asociación de Farmacéuticos pro vida de USA. La homepage en Internet para "Pharmacists for life" está en http://www.pfli.org y es posible contactarlo en inglés través de su e-mail allí.

El Dr. Duplantis consiguió que se aprobara una «Cláusula de conciencia» en EE.UU. por la cual un farmacéutico no puede ser obligado a distribuir productos que atenten contra sus convicciones. Es decir, las píldoras abortivas y medicamentos para ser usados en practicar la eutanasia. El suicidio asistido ya es legal en el estado de Oregón, y en Noviembre se votará una ley similar en el estado de Michigan.

La traducción ha sido realizada por la Licenciada María Magdalena Orellana (Psicóloga) y el Dr. Gabriel Marcón (Médico Ginecólogo), matrimonio a cargo de la Pastoral Prematrimonial de la Parroquia San Juan Bosco (Caleta Olivia, Pcia. de Santa Cruz, República Argentina, Septiembre 1998).

Citas:

1. Wyeth Laboratories. (1994). "Triphasic-28 Product Information". Philadelfia.
Wyeth-Ayerst.
2. Wilson, M. (1996). "Amor y familia". Ignatius Press. San Francisco (pág. 281-287)
3. Kuhar, B. (1995). "Infant Homicides trough contraceptives". 2nd ed Eternal Life. Bardstown, KY. Pg. 20-21.
4. Hatcher, et al. (1994). "Contraceptive Technology".
5. Bardin, C.W. et al (1996) "Mechanisms of action of intrauterine devices", Obstetrical and Gynecological Survey Vol. 51, Number 12, Suplement-NICHD, Bethesda, MD.
6. Hilgers, T. "An evaluation of intrauterine device". Report, Dept of Obstetrics´Gyn,
St Louis Un School of Med. St. Louis, Missouri.

3. Los implantes e inyectables:

Los implantes, como el Norplant, y los inyectables, como la Depo-Provera tienen el mismo mecanismo de acción abortiva que la píldora. Tanto el uno como el otro tienen sólo progestágenos.

En las Filipinas donde el aborto es ilegal, la compañía farmacéutica internacional Upjohn estaba fabricando la Depo-Provera y comercializándola como si fuera un anticonceptivo, cuando en realidad es abortiva.


FUENTES: Sarah Keller, "La progestina es muy eficaz y segura," Network en español, Family Health International, vol. 10, no. 3, julio de 1995, pp. 4-10; Alfredo Cuadrado, A favor de la vida 3ra ed. (Santo Domingo, R.D.: Colección para la Familia, 1990), 141.

4. "Anticoncepción de emergencia" o "anticonceptivos post-coito":

Los "anticonceptivos post-coito" constituyen una forma de "evitar" la procreación basada en la falsa teoría de que el embarazo comienza con la implantación del óvulo ya fecundado (o sea, de la nueva vida humana) en el útero, en vez de la fecundación. Basándose en esta idea errónea se les dan el nombre de "anticonceptivos post-coito" o "anticoncepción de emergencia", cuando en realidad se trata de un aborto.

Para lograr ese objetivo utilizan diferentes métodos, tales como el dispositivo intrauterino (DIU) y ciertas dosis de la píldora abortiva RU 486 y de la misma píldora anticonceptiva durante cierto tiempo después del acto sexual.

En todos estos métodos lo que se busca es evitar la implantación del óvulo ya fecundado, por lo que son métodos abortivos.
FUENTE: Carolo Lynn, "Anticonceptivos después del coito sin protección, Network en español


«HUMANAE VITAE»: 35 AÑOS AL OTRO LADO DE LA LÍNEA

Este julio se conmemoró el 41 aniversario de uno de los más controvertidos documentos de la Iglesia en la historia reciente, «Humanae Vitae». La tormenta de críticas que levantó el rechazo de los anticonceptivos por parte del Papa Pablo VI sigue creando polémica hoy en día.
Hace dos semanas, el Times de Londres publicaba un artículo titulado: «Por qué las personas que usan el método anticonceptivo de los ritmos son llamados con frecuencia padres». El artículo del 11 de julio informaba sobre una investigación en Canadá que descubrió que algunas mujeres pueden ovular múltiples veces en un mismo mes. El estudio, conducido por Roger Pierson de la Universidad de Saskatchewan, fue publicado en el diario Fertilidad y Esterilidad. Según el Times, esto significa que el método de los ritmos «es con frecuencia completamente inútil».

Pero un artículo en la página web de WOOMB (Organización Mundial del Método Billings de Ovulación) rechazó con dureza tales afirmaciones. El profesor emérito James B. Brown explicaba que el fenómeno de la ovulación anormal era ya bien conocido hace décadas y que el Método Billings de Ovulación ha desarrollado formas de evitar este problema.

Además, Brown apuntaba que la interpretación «de que las ovulaciones fértiles pueden tener lugar más de una vez en diferentes días durante el ciclo menstrual es un error craso». También criticaba «la injustificable hostilidad de los autores, a la revista y a la opinión oficial corriente sobre la planificación familiar natural».
También defiende la seguridad del método Billings de ovulación (no confundirlo con los menos seguros métodos de ritmos). El estudio más reciente, llevado a cabo con 992 parejas en China, demostró un 99,5% de índice de éxitos con el Billings.

Tal porcentaje de éxitos aguanta la comparación con los anticonceptivos. Según un reciente estudio francés, uno de cada tres embarazos no está planificado, y dos tercios de ellos tienen lugar usando anticonceptivos las parejas, informaba el 29 de abril la BBC.

La doctora Nathalie Bajos y sus colegas del hospital de Bicetre, en París, basaron sus descubrimientos en una encuesta de casi 3.000 mujeres en toda Francia, de las que 1.034 quedaron embarazadas de manera inesperada. La encuesta encontró que la mayoría de las mujeres se quedaron embarazadas porque no usaron los métodos anticonceptivos correctamente.

Las advertencias eran verdaderas

Las advertencias contenidas en la «Humanae Vitae» sobre las consecuencias de lo que ahora se conoce como mentalidad anticonceptiva. El No. 17 de la encíclica expresaba su preocupación ante el hecho de que la decisión sobre la anticoncepción quedara «en las manos de autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales». Pablo VI temía que los gobiernos pudieran imponer métodos anticonceptivos a las personas, interviniendo así en «el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal».

Tal presión puede tomar diferentes formas. El 6 de diciembre pasado la Society for the Protection of Unborn Children, con sede en Londres, condenaba al gobierno británico por dar más ayudas bilaterales en el extranjero para el aborto y el control de población que para instalaciones de agua potable. Un informe del Departamento para el Desarrollo Internacional del 2001-2 revelaba que se dieron 260 millones de libras (422 millones de dólares al cambio actual) para «servicios de salud reproductiva», sobrepasando con mucho los 78,8 millones de libras (128 millones de dólares) destinados a asegurar agua potable y saneamientos adecuados.

La esterilización, ampliamente usada como método anticonceptivo, ha sido impuesta con frecuencia a la gente. En Perú, por ejemplo, una comisión parlamentaria ha reabierto una investigación sobre la esterilización forzada de más de 300.000 mujeres en zonas rurales autorizadas supuestamente por el presidente Alberto Fujimori, informó el 18 de junio la BBC. La investigación original contra Fujimori, que voló a Japón en noviembre del 2000, fue dejada de lado a principios de año por falta de evidencias.

El año pasado, un informe del gobierno peruano concluía que las operaciones fueron promovidas por una «engañosa» campaña de publicidad de panfletos, posters y anuncios de radio que prometían «felicidad y bienestar». Afirmaba que se hacía una evaluación inadecuada antes de la intervención y se daban pocos cuidados después. También se encontró que los procedimientos habían sido negligentes, con menos de la mitad llevados a cabo sin un anestesista apropiado. La Comisión de Derechos Humanos de Perú encontró que 19 mujeres murieron por complicaciones, y miles más sufren de problemas psicológicos como resultado directo de las esterilizaciones.

En Brasil, es práctica común que los políticos compren votos pagando a las mujeres la esterilización, informaba el 13 de junio el Wall Street Journal. Según las últimas cifras oficiales de Brasil, con fecha de 1996, el 40% de todas las mujeres casadas en edad reproductiva están esterilizadas, pero los demógrafos creen que la cifra se acerca actualmente al 50%, afirmaba el Journal.

El artículo hacía notar que además de la oposición de la Iglesia católica, la práctica extendida de la esterilización también es denigrada por algunas activistas feministas y de derechos humanos que dice que las mujeres pobres y sin educación son engañadas para someterse a la cirugía.

Peligros anticonceptivos

Son bien conocidos los peligros para la salud de la primera generación de anticonceptivos. Menos conocidos son, sin embargo, los problemas relacionados con las píldoras actualmente en uso. El British Medical Journal informaba el 1 de febrero de datos de Holanda de que el nuevo anticonceptivo Yasmin se ha relacionado con cinco casos de tromboembolismo, debidos a una reacción adversa sospechosa contra el medicamento.
Yasmin fue aprobado como anticonceptivo oral en todos los países de la Unión Europea en el año 2000 y ha sido lanzado recientemente en el Reino Unido. El British Medical Journal comentaba que se ha discutido largamente el riesgo de tromboembolismo en las mujeres que usan esta píldora de tercera generación.

El uso de anticonceptivos se asocia también con un riesgo aumentado de cáncer cervical, informaba el 3 de abril HealthScoutNews. La información viene de un estudio del 5 de abril de The Lancet, una revista médica británica.

El riesgo se relaciona directamente con la duración del tiempo de uso de los anticonceptivos por parte de las mujeres. Aunque el riesgo es más alto en las mujeres infectadas con el papilomavirus humano (HPV), que se cree es la mayor causa de cáncer cervical, usar la píldora eleva el riesgo para las mujeres libres del HPV, afirman los investigadores.

Un equipo conjunto británico-francés de investigadores repasó los datos de 28 estudios que abarcan a más de 12.500 mujeres con cáncer cervical. Hallaron que el riesgo aumentaba un 10% en la mujer que había utilizado la píldora durante al menos 5 años, un 60% en las que las utilizaron entre cinco y nueve años, y era el doble en las que la habían utilizado 10 años o más.

Más noticias sobre peligros de los anticonceptivos vinieron de los investigadores de la Universidad McMaster de Canadá. Descubrieron que los ratones que habían recibido el anticonceptivo inyectable Depo-Provera corrían 100 veces más peligro de infección con el herpes simplex virus type 2 que los que no habían sido tratados, informó Reuters el 24 de abril.

Si se dan patrones similares en los humanos, estos descubrimientos sugieren que las mujeres que usan Depo-Provera podían ser particularmente susceptibles de desarrollar herpes genital cuando se exponen al virus herpes, decía el autor del estudio, el doctor Charu Kaushic, a Reuters.

Mientras tanto, en Noruega, un estudio de 8 años que ha abarcado a casi 100.000 mujeres encontró que aquellas que tomaban anticonceptivos orales corrían un 25% de riesgo de desarrollar cáncer de mama, informó el 19 de mayo el Telegraph de Londres. El Estudio Mujeres Noruegas y Cáncer escudriñó el estilo de vida de 96.362 mujeres con edades entre los 30 y los 70 años, 851 de las cuales desarrollaron cáncer de mama. Cuanto más tiempo se tomó la píldora, mayor fue el riesgo.

La píldora del día después, que algunos países han incluso distribuido en las escuelas, tampoco se libra de riesgos. El oficial jefe médico de Gran Bretaña, Sir Liam Donaldson, ha advertido que algunas mujeres que toman la píldora del día después para prevenir el embarazo podrían aumentar el riesgo de padecer un embarazo ectópico, informó el 30 de enero Reuters.

La Humanae Vitae, una de las encíclicas que más polvareda ha levantado en la historia reciente de la Iglesia, cumplió cuarenta años el pasado 25 de julio. Sus afirmaciones morales se han visto corroboradas por otras muchas encíclicas y documentos magisteriales (Familiaris Consortio, Evangelium Vitae, Catecismo de la Iglesia Católica, etc.). En una mirada retrospectiva, no cabe duda de que el Papa Pablo VI fue asistido por un don especial del Espíritu Santo, que le permitió confirmar en la fe al pueblo de Dios, a pesar de las fortísimas presiones contrarias. El momento histórico era muy delicado: dos meses antes había estallado en París el movimiento de “Mayo del 68”. Los criterios de oportunismo hubiesen aconsejado posponer la publicación de la encíclica, pero eran otras las motivaciones de Pablo VI.

Justo cuando la revolución sexual reivindicaba aquello de “hago con mi cuerpo lo que quiero”, la Iglesia recordaba que la sexualidad no puede ser reducida a un instrumento lúdico y reclama nuestra responsabilidad, que se concreta en el amor fiel y en la procreación. Pablo VI profetizó los peligros de aquella revolución sexual que, apoyándose en la seguridad que le daba la “píldora” (el nuevo fenómeno del momento), empezó por disociar la sexualidad de la procreación, hasta concluir por divorciar la sexualidad del amor. El concepto de “paternidad responsable” fue sustituido por el de “paternidad confortable”, y en poco tiempo se acabaría por distorsionar todo lo referente a la sexualidad. El que fue Premio Nóbel de biología, Jérôme Lejeune, describía así esta concatenación de despropósitos: “La anticoncepción es hacer el amor sin hacer el niño; la fecundación «in vitro» es hacer el niño sin hacer el amor; el aborto es deshacer el niño; y la pornografía es deshacer el amor”.
La Humanae Vitae invita a los padres cristianos a ejercer la paternidad responsable. Éstos están llamados a discernir con una conciencia recta el número de sus hijos, quedando siempre abiertos a los planes de Dios. Lo dice así la encíclica: “En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica, ya sea con la deliberación de tener una familia numerosa, ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto a la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido”. Por lo tanto, conforme a la mentalidad cristiana, la paternidad responsable supone la búsqueda sincera de la voluntad divina, que se discierne desde las circunstancias particulares de cada matrimonio. Según este principio, ¿qué sentido tienen expresiones como hijo “deseado” o “no deseado”? Tras estos términos se esconde una mentalidad en la que la procreación se reduce a un objeto de nuestro deseo, olvidando que se trata de un don recibido de Dios, después de un discernimiento responsable. En todo caso, cabría hablar de hijo “buscado” o “no buscado”, pero ésta es una distinción menor para quien entiende que “el hombre propone, pero Dios dispone”. Ciertamente, el don de la vida puede venir por sorpresa, pero siempre será un reto para el amor.

Una de las claves en las que la encíclica está fundamentada es la íntima conexión existente entre las dos principales finalidades de la sexualidad: la expresión del amor de los esposos y la procreación. Es moralmente ilícito que el hombre, por su propia iniciativa, rompa esta estrecha vinculación, impidiendo voluntariamente que la relación sexual quede abierta a la transmisión de la vida. El respeto a las leyes inscritas en la naturaleza es norma de moralidad para la persona humana. Por ello la Humanae Vitae considera que los métodos contraceptivos son contrarios a la voluntad del Creador, mientras que se considera lícita la regulación natural de la natalidad, recurriendo a los períodos infecundos del ciclo femenino. Así lo expresa el nº16: “La Iglesia es coherente consigo misma cuando juzga lícito el recurso a los períodos infecundos, mientras condena siempre como ilícito el uso de medios directamente contrarios a la fecundación, aunque se haga por razones aparentemente honestas y serias. En realidad, entre ambos casos existe una diferencia esencial: en el primero los cónyuges se sirven de una disposición natural que Dios mismo ha puesto, mientras que en el segundo, impiden el desarrollo de esos procesos naturales”.

La postura de la Humanae Vitae es de máxima coherencia: si partimos de que en el origen de toda persona hay un acto creador de Dios, de esta verdad básica se deduce que la capacidad de engendrar un nuevo ser humano, inscrita en la sexualidad humana, es una verdadera cooperación con Dios y con su amorosa Providencia. Hay, por lo tanto, una incompatibilidad entre la fe en el Dios creador de la vida y la pretensión de decidir e intervenir artificialmente en el origen y destino del ser humano. Por el contrario, el recurso a los métodos naturales de la regulación de la natalidad permite que los padres actúen, no ya como dueños y señores de la vida, sino como intérpretes inteligentes del plan divino. Es la diferencia entre quien acepta ser creatura, o quien juega a ser el creador.

Es de justicia que concluyamos con un merecido homenaje a S.S. Pablo VI. El hecho de que promulgase esta profética encíclica en plena revolución de mayo del 68, es un signo elocuente de su fidelidad a la acción del Espíritu Santo, hasta el punto de ser considerado a su muerte como “mártir de la verdad”. Su conciencia de ser depositario y no dueño del mensaje revelado, le llevó a actuar con una fortaleza y una prudencia extraordinarias que iluminan la situación de la humanidad en nuestros días.





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